Por Paulina Suárez
Fundadora de Fuerza Fit y especialista en nutrición y entrenamiento para la recomposición corporal
Instagram: @fuerzafitmx
Lo que comes todos los días incide en tu salud y determinará el estado de tu cuerpo ahora y en el futuro. La buena nutrición juega un papel importante para ayudarte a llevar un estilo de vida saludable y esto incluye las horas que pasamos en la oficina.
Crear y mantener hábitos alimenticios correctos no tiene por qué ser difícil. Incorporar pequeños cambios en tus rutinas diarias puede tener un gran impacto en tu patrón de alimentación y crear costumbres saludables y duraderas.
¿Cómo tener una buena alimentación en horas de oficina?
Cuando se combina con actividad física, la forma en la que comes puede ayudarte a alcanzar y mantener un peso saludable, reducir el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes o enfermedades cardíacas, y promover la salud y el bienestar en general.
Recientes investigaciones de la American Heart Association muestran que una dieta eficiente se asocia con menos muertes por enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes tipo 2.
Intenta incluir al menos uno de los siguientes objetivos en tu dieta, agregando un nuevo tip
cada semana, para mejorar tu alimentación en horas laborales:
1. Planifica tus comidas y snacks
La mejor manera de alimentarte sanamente es si tú controlas lo que comes. Date un tiempo para llevar tus alimentos y snacks fáciles de consumir en la oficina. Procura cocinar tus platillos con 2 tazas de verduras y suficiente cantidad de proteína como huevo, pollo o legumbres. Para los snacks, prepara palitos de pepino, apio o jícama, zanahorias baby o una ensalada verde.
2. Cuidado con los snacks trampa
Es un error común pensar que todo lo que parece saludable u orgánico en las tiendas es una buena opción para comer entre comidas. Ten cuidado con la cantidad de semillas, barras de granola o fruta que estás consumiendo, pues a veces comemos en exceso, provocando un superávit calórico que podría traducirse en aumento de peso.
3. Incrementa tu consumo de proteína
En lugar de recurrir a comidas altas en carbohidratos o grasas, procura fijarte más en la proteína, pues te dará saciedad y evitará que tengas esos molestos “picos de antojos”. Puedes recurrir a pequeñas porciones de proteína como cubitos de queso, rollitos de jamón o tofu.
4. No abuses del café
Aunque la cafeína es una gran aliada para mantenernos atentos y estimulados, el consumo excesivo puede interferir con tus sensaciones de ansiedad y estrés que intentarás acallar con comida. Limítate a dos tazas de café al día.
5. Hidrátate bien
Una buena hidratación también forma parte de una sana alimentación. Esto también reducirá los episodios de hambre excesiva y te ayudará a mejorar tu metabolismo. Consume 1.5 litros de agua pura en horarios laborales o puedes preparar tés o infusiones sin azúcar.
Lo más importante en horas de oficina consiste en mantenerte en movimiento y desarrollar una buena actividad física. Puedes hacer pequeños descansos activos, como pararte de tu silla cada una o dos horas, subir escaleras en lugar de usar el elevador y aprovechar tu hora de comida para caminar por los alrededores de tu lugar de trabajo.
Descansa, duerme bien, mantén una rutina de ejercicio y esta alimentación saludable potenciará los beneficios a tu salud.
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