Ciudad de México.- Los tortilleros son elementos muy populares de la cultura mexicana, están presentes en la mayoría de las mesas mexicanas y son muy útiles para guardar desde tortillas, diversas semillas, granos o hasta fruta.
Como parte de la celebración del Día de la Tierra y fortaleciendo esta tradición con un emblema de las mesas mexicanas, este año Cerveza Victoria presenta los primeros tortilleros hechos con residuos de la industria cervecera: creados con micelio y biofabricados a partir del crecimiento de organismos vivos.
Con el aumento de desechos plásticos y de unicel, Cerveza Victoria busca opciones que apoyen a mitigar el uso de dichos materiales, dándoles una nueva oportunidad a materiales que sean menos invasivos.
“México es tierra, es producción y son las manos que nos ayudan a crear cosas chingonas. Para Cerveza Victoria es muy importante buscar la manera de mejorar todas las industrias de las que formamos parte y esta es una de las muchas propuestas que hoy logramos llevar a cabo: es el inicio para poder dar pie a muchas más acciones que contribuyan con nuestra tierra”, comentó Martín Raygoza, director de Cerveza Victoria.
El proceso de biofabricación de estos tortilleros consta de 3 etapas:
1. La primera se realiza de los residuos de la materia prima, específicamente la cebada. Se recolecta el bagazo directamente en las plantas de producción.
2. La segunda etapa es donde se genera la biofabricación. A partir de la siembra de un hongo, y utilizando sus raíces como pegamento natural, los residuos de cebada se transforman en un material moldeable que puede obtener cualquier forma.
3. Después de su vida útil y entrando en condiciones de erosión (agua, sol y microorganismos), los materiales se pueden compostar en su totalidad en un tiempo aproximado de 30 días.
Una vez que el tortillero está formado, tanto el logo como los detalles rojos son entintados con pigmento de grana cochinilla, colorante natural de origen prehispánico que se da a partir de una plaga domesticada que habita en los nopales.
Las tonalidades blancas de cada tortillero son obtenidas de manera natural por medio del crecimiento de los organismos vivos, esto hace que cada pieza sea única e irrepetible como la propia naturaleza. Debido a que son compostables, el tiempo de vida de cada tortillero va de los 30 días hasta los 4 años, todo depende del tratamiento que se le dé.
De esta manera, Cerveza Victoria crea una alternativa sostenible al clásico tortillero que se podrá encontrar en varias fonditas del país, resguardando el calor de unas ricas tortillas.
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