Ciudad de México.- El nivel de polarización en las conversaciones digitales en Iberoamérica creció cerca de un 40% en los últimos años, según el informe The Hidden Drug, realizado por LLYC, firma global de marketing y corporate affairs, que analizó más de 600 millones de mensajes en redes sociales. Este fenómeno ha provocado el crecimiento de posturas extremas, trayendo múltiples riesgos como la erosión de la confianza.
El temor a procesos de cancelación o la exposición a opiniones polarizadas está afectando la sostenibilidad medioambiental en las empresas. En un contexto donde la sostenibilidad es un factor clave de inversión, no actuar en esta área ya no es una opción. Sin embargo, la polarización ha llevado a algunas empresas a pasar de las tensiones del “green washing”, hablar mucho y hacer poco, a las del “green hushing”, ocultar gran parte de sus acciones de sostenibilidad por miedo al impacto que puedan generar. A pesar de que sus estrategias sean auténticas y tangibles, estas empresas prefieren ejecutar sin exponerse para evitar situaciones comprometidas o acusaciones, aunque el hecho de no comunicar pueda representar un riesgo en sí mismo.
En palabras de Mauricio Carrandi, director general de LLYC México, “la falta de comunicación, además de dejar a las empresas fuera de la conversación, las expone a ser percibidas como inactivas o indiferentes. Las compañías deben ser proactivas, asumir los riesgos de manera calculada y usar la comunicación como una herramienta para fortalecer la confianza, mostrar su compromiso y, sobre todo, generar un impacto positivo en la sociedad”.
¿Cómo enfrentar el green hushing?
En un entorno polarizado donde las demandas sociales están en constante evolución, LLYC presenta tres claves para hacer frente al “green hushing” y comunicar estrategias de sostenibilidad de forma efectiva:
1. Decisiones basadas en datos: Las nuevas tecnologías, como el Big Data y la inteligencia artificial, permiten identificar y priorizar las conversaciones sobre sostenibilidad más relevantes para la sociedad y medir el nivel de polarización de cada una. Comprender más a fondo, a través de los datos, cómo se comportan estas conversaciones es el primer paso para desarrollar una estrategia más sólida.
2. Creatividad audaz: La audacia implica romper con lo convencional. Para conectar e influir en las comunidades, no basta con comunicar las acciones de sostenibilidad a través de los canales tradicionales, es necesario complementar con proyectos de alto impacto. Ser audaz es anticiparse a las tendencias e innovar en la narrativa de la marca, desafiando las normas establecidas.
3. Antifragilidad en la gestión de riesgos: No basta con identificar riesgos y establecer protocolos de reacción. En este contexto de permacrisis, es fundamental imaginar escenarios plausibles y trabajar de manera proactiva. Más allá de mitigar impactos negativos a corto plazo, debemos buscar revertirlos en positivos a mediano plazo, actuando con la mayor anticipación posible.
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