Por Francisco Javier Riveroll
Socio director de Riveroll Bienes Raíces, S.C.
En estos últimos días varios clientes nos han preguntado cómo vemos la situación actual de las ventas en el mercado inmobiliario habitacional en la Ciudad de México como consecuencia de la pandemia de COVID-19. A continuación, trataré de resumir mi percepción en torno a este tema:
Hemos notado una enorme oferta de inmuebles habitacionales (casas y departamentos) anunciados en venta por toda la urbe, muchos más que en épocas anteriores, gran parte de ello derivado de la necesidad económica que ha surgido tras el brote de la pandemia, pues mucha gente propietaria de algún inmueble habitacional perdió su empleo o su negocio se vio afectado, como es el caso de pequeños empresarios que tuvieron que cerrar de manera parcial, total o temporalmente su atención al público, tal como sucedió con restaurantes, bares, antros, teatros, cines, salones de eventos, estéticas, gimnasios, escuelas, iglesias, centros comerciales, entre otros.
Inmuebles habitacionales en CDMX se ofrecen en venta a un precio más bajo de su valor comercial
¿Qué ha tenido que hacer toda esa gente afectada por el COVID-19 para sobrevivir? Pues a la mayoría no le ha quedado más alternativa que ofrecer en venta su casa o departamento, ya que su economía personal se le ha complicado mucho ante la falta de ingresos o la disminución de los mismos, y entonces ha puesto a la venta su inmueble con la intención de capitalizarse para enfrentar la crisis económica y ha optado por tomar en arrendamiento alguna otra vivienda, pagando una renta mensual que no le cause ningún problema de liquidez, o bien, comprar una vivienda más económica para poder enfrentar la crisis con mayor solvencia y guardar el remanente como su nuevo capital líquido.
Sin embargo, no ha sido fácil para la gente vender su casa o departamento debido precisamente a la enorme oferta de inmuebles habitacionales en venta en esta época de pandemia y en general los que han logrado cerrar la venta de su inmueble son quienes han bajado el precio de su vivienda para poder ganarles a otros vendedores con viviendas de similar calidad y precio que la suya.
Por ejemplo, el propietario de una vivienda cuyo valor comercial, determinado por perito valuador, es de 5,000,000 pesos y que se encuentra en una colonia en la que hay otras diez viviendas de características similares ofreciéndose en venta, ha tenido que bajar su precio inicial entre 10% y 15% para vender su inmueble en 4,500,000 pesos o menos. Lo mismo ocurrirá con los otros diez competidores, quienes para concretar la venta tendrán que hacerle una rebaja importante al comprador, haciendo que actualmente nos encontremos en un mercado donde los compradores tienen “la sartén por el mango”.
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