Por José Trejo
CEO de Pagaquí
Actualmente, existen elementos impactantes que marcan el ecosistema de emprendimiento global: unicornios mexicanos como Kavak, Bitso, Merama, Incode y Clara han alcanzado valuaciones por arriba de empresas que tienen más de 50 años en el mercado y que, en muchos casos, han pasado la estafeta a la tercera generación, capitalizaciones estratosféricas que prometen escalar 30 veces su valor y una gran participación de Venture Capitals con el objetivo de dar el próximo home run.
En este contexto tan dinámico y desafiante, los directivos y altos ejecutivos necesitan tomarse una pausa en su vida profesional para evaluar los resultados de la organización, repensar estrategias y preguntarse si el rumbo que están tomando sus empresas es el correcto.
La transformación digital, el fenómeno multipantalla (en especial de dispositivos móviles como smartphones, tabletas y laptops) y el acceso a servicios bancarios, así como el otorgamiento de grandes créditos por parte de marketplaces y plataformas digitales a startups y personas físicas, entre otros elementos, nos ha volado la cabeza.
El problema no es soñar y querer crecer, sino materializar una organización rentable que genere empleos, oportunidades de negocio y riqueza y bienestar a su comunidad de manera eficiente, comprometida y sostenible.
Pero, ¿será qué hemos romantizado el hecho de buscar el umbral de rentabilidad (break even) y el retorno sobre capital invertido (ROIC)? Esto después de haber trabajado arduamente en un documento de Excel donde todo parecía tener sentido.
En este contexto, ¿qué juego deben jugar las empresas actualmente? ¿Apostar por la escalabilidad del negocio o dirigir los esfuerzos hacia la rentabilidad de la compañía? En algunas ocasiones, parece que hay un gran abismo entre ambas opciones, además de que muchas veces no van casadas o acompañadas.
El desafío de lograr la escalabilidad del negocio sin perder la rentabilidad
Al momento de hablar sobre de escalar masivamente la empresa, una limitante es el capital con el que cuenta un emprendedor o un empresario ya consolidado, ya que el gasto en campañas de adquisición de leads, marketing y publicidad está rebasado y, en algunas ocasiones, es inalcanzable para compañías tradicionales.
Por otra parte, el costo de la adopción tecnológica y la gestión del cambio o mindset corporativo es casi un viacrucis, por lo que será necesario establecer una estrategia que capitalice las innovaciones tecnológicas, los procesos, la personas y la cultura para consolidarse en un futuro cada vez más digital.
Hoy hablamos de la inteligencia artificial (IA) como algo futurista; sin embargo, miles de personas pasan diariamente horas platicando con algún chatbot o asistente virtual, consultan herramientas de IA generativa como ChatGPT, Gemini, Bard o Bing, además de gente que todo lo soluciona a un ¡Alexa / Siri!
Sin embargo, ante la deshumanización, la inmediatez y la urgencia en la que vivimos, es necesario tomar una pausa para evitar que esto nos mate lentamente con el firme propósito de redefinir nuestro camino y asumir decisiones que nos permitan alcanzar de manera sostenible la escalabilidad sin perder la rentabilidad.
Una reflexión de un empresario tradicional con la convicción de alcanzar la escalabilidad de su organización.
Sigue a The markethink y entérate de los temas más actuales y sobresalientes de la industria