frenar el cibercrimen

Por Christian Moreno Lara
Director del área de jurídico de la Universidad Internacional de Valencia

La coordinación para la prevención de delitos electrónicos de la división científica de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de México recibe 10 mil denuncias o alertas ciudadanas anuales. De 13 mil 227 ciberdelitos registrados en 2018, el 43.03 por ciento fueron fraude y extorsión de diferentes tipos como phishing o suplantación de empresas o instituciones para engañar y robar, redirección a sitios falsos para robar información, mensajes de texto con accesos a sitios fraudulentos y secuestro de archivos.

Para combatir esta incidencia, este año se inició la campaña Ciberseguridad México 2019, por medio de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), a través de la división científica de la Policía Federal, con el objetivo de generar una cultura segura en la ciudadanía, en especial en niños, sobre los riesgos en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), además de fomentar la sana convivencia en los entornos digitales.

A pesar de lo anterior, se evidencia que la ciberdelicuencia crece de manera general y se requieren alternativas que vinculen a la academia con expertos profesionales para dar respuesta a las nuevas amenazas que no sólo afectan a niños y personas, sino en general a industrias, corporaciones y entidades de todo tipo.

Durante el primer semestre de 2019, las Pymes aumentaron 20% la adquisición de seguros relacionados con ciberataques. Las principales quejas son por el robo de identidad.

Vivimos en un mundo globalizado; por ende, México y Latinoamérica se enfrentan a las amenazas mundiales, entre ellas la ciberdelincuencia, donde vemos que el país sigue siendo débil. De por sí, es el tercero más vulnerable a este tipo de ataques, por lo que debemos aprovechar diferentes herramientas para contrarrestar estos peligros.

Se vendrán desafíos aún mayores con la implementación de conexiones 5G en México y toda América Latina, ya que la información fluirá más rápido y se podrán conectar más dispositivos de uso diario gracias al avance del Internet de las Cosas (IoT). En ese contexto de hiperconectividad y los métodos sofisticados del crimen digital, habrá mucho trabajo por hacer.

Es allí donde la aplicación de la criminología como método de prevención jugará un rol fundamental para evitar cibercrímenes contra las personas, compañías, bancos e incluso estados. Es necesario subrayar que la criminología va mucho más allá de la criminalística (que es una ciencia parte de la criminología donde se actúa con ciencia forense cuando el delito está consumado), la criminología abarca la prevención, debe ser su esencia, una ciencia multidisciplinar e interdisciplinar que contribuya a evitar que el delito suceda.

Prevención, un cimiento en la estrategia

Resulta clave que la prevención se ejecute aplicando, en gran medida, casos de éxito de diferentes países como, por ejemplo, los softwares que predicen la criminalidad gracias a la recopilación de datos (big data), los cuales se ‘administran’ con inteligencia artificial.

Otro ejemplo es el caso de China, donde usan gafas de reconocimiento facial para detectar a los delincuentes o la misma instalación de miles de cámaras conectadas para detectar crímenes en las calles.

Se abre una oportunidad única para aprovechar los avances de la revolución tecnológica
y ponerlos en contra de la delincuencia, ya que históricamente los delincuentes han ido un
paso adelante y han aprovechado los adelantos tecnológicos para cometer cibercrímenes. Blockchain, IoT, inteligencia artificial y big data están entre los instrumentos que se deberán combinar en esta ‘batalla’.

¿Y la privacidad?

Con la instalación de dispositivos que permiten ‘vigilar’ a las personas casi en cualquier lugar, se abre el debate sobre hasta qué punto se puede estar violando el derecho a la privacidad.

Este año la misma Unión Europea pidió un protocolo a sus países para establecer un control a las conexiones 5G, a pesar de ya haber establecido el Reglamento General de Protección de Datos de la UE, camino que deberá seguir América Latina.

Debe lograrse un equilibrio en la política criminal. Los criminólogos, con una visión multidisciplinaria del delito y la prevención, pueden dar una mano importante para ayudar a los legisladores a marcar los límites con la vida privada y personal. En el futuro cercano habrá coches que van ser hackeados, lo mismo con casas o edificios, es decir, los sitios más personales -donde están nuestras familias- van a ser vulnerables, por lo que necesitaremos -más que nunca- esa visión estratégica y preventiva que ellos brindan.

La prevención debe analizarse desde la formación educativa. Ese es otro paso que tiene que dar la criminología en México para atacar desde el fondo la tasa de delitos y el cibercrimen.

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