Por Juan Carlos Lozano
Director general de Creatividad
Twitter: @jlozano_creati
Todos, sin importar el género, edad, origen y diversos rasgos personales, pertenecemos a una o varias comunidades. Pero, ¿qué es una comunidad? Según el Diccionario de la Real Academia Española, es el conjunto de personas vinculadas por características o intereses comunes.
Como seres sociales, nos gusta relacionarnos con personas que son afines a nosotros; a lo largo de nuestra vida, conocemos a muchos individuos y asistimos a diversos lugares que nos permiten interactuar y contribuyen a que, poco a poco, formemos parte de diversos grupos sociales, aun cuando sea sólo un rasgo o interés que tengamos en común.
Por ejemplo, hay comunidades de ciclistas y de motociclistas que les une su pasión por estos deportes; hay comunidades de mujeres emprendedoras que se identifican y se apoyan entre sí porque tienen que trabajar y, al mismo tiempo, ser esposas, amas de casa e incluso mamás; o están aquellos que se hacen amigos por la pasión que le tienen a la enología y que encuentran en catas y viajes a diversos viñedos una experiencia maravillosa de aprender y convivir; también existen maravillosos grupos exclusivos para personas de la tercera edad donde encuentran actividades aptas para que puedan disfrutar esta etapa de la vida rodeados de experiencias y, lo más importante, sientan que pertenecen, que importan y que no están solos.
Este modo de relacionamiento ha sido impactado por la tecnología. Anteriormente, sólo convivíamos de manera física y así es como creábamos o nos integrábamos a las diversas comunidades; hoy en día, existe un abanico de posibilidades digitales que nos permiten formar parte de un grupo de personas con gustos e intereses comunes a los nuestros.
La tecnología juega un papel esencial al hablar de grupos interactivos. En primera instancia, por medio del internet y las redes sociales, se originan y crecen clanes que, a su vez, nos facilitan la conversación con personas de todo el mundo, lo que normalmente resulta muy positivo y enriquecedor.
Como meeting planner, lo complejo no es crear comunidades, ya que, como mencioné, la tecnología lo hace mucho más fácil; el desafío radica en mantenerlas vivas, actualizadas, interesadas y motivadas para que éstas consigan traspasar las herramientas online y se complementen con el relacionamiento offline: cara a cara.
Comparto algunos tips para lograrlo:
1. Fomenta la interacción de las personas de manera virtual y presencial por medio de eventos.
2. Alimenta al grupo constantemente con contenido actualizado, original y de valor.
3. Presenta el contenido de una manera llamativa, explota al máximo tu creatividad.
4. Promueve el interés y la ayuda entre los integrantes de la comunidad.
5. Esfuérzate por conseguir un balance en el tipo de relacionamiento: presencial y digital.
Considero que lo más importante dentro de una comunidad es que permee el ímpetu de apoyar y ayudar de manera desinteresada a los demás; para mí es, sin duda, la esencia y lo que verdaderamente enriquece a todos los grupos y a nosotros como promotores, administradores e integrantes. Este interés mantendrá a las personas activas, interactuando, proponiendo, comentando, etcétera. Existen estudios que corroboran que pesan más las críticas de los consumidores sobre las marcas que la publicidad que produce y transmite la propia marca.
Existen productos y servicios para todas las edades. Asegúrate de enfocarte y llamar la atención de aquellos públicos segmentados con base en los valores y beneficios de lo que quieres ofrecer a través de promociones y eventos que logren cautivarlos.
Finalmente, ten siempre en mente que el sentido de pertenencia brinda a los seres humanos la satisfacción de ser parte de un grupo; de esta manera, las personas nos sentimos identificadas con el resto de los integrantes y, como consecuencia, se dan conductas activas que bien lideradas pueden lograr grandes momentos y dejar huella.
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