Por Édgar Díaz Ramírez
Director de recursos humanos para México y Centroamérica de Boehringer Ingelheim
Twitter: @BoehringerMX
¿Cuántas veces hemos escuchado casos de gente infeliz dentro de una empresa o, por el contrario, de compañías que sufren los estragos de una altísima rotación de personal? A lo largo de mi carrera como consultor y director de recursos humanos, he observado que las organizaciones más productivas son aquellas que mantienen un ambiente agradable para tener empleados contentos, altamente comprometidos y enfocados en alcanzar sus resultados.
Esto no sólo se trata de acondicionarles oficinas con sala de juegos y toboganes, sino de ofrecerles una propuesta integral con esquemas laborales flexibles y dinámicos que les den alta correlación entre satisfacción y propósito.
A veces la medición de la satisfacción es considerada un equivalente a la evaluación del clima laboral. Sin embargo, son aspectos distintos. El término “satisfacción” se refiere a la actitud positiva de una persona en relación con su empleo y con la organización. Expresa en qué medida se empatan las características de la empresa a los valores, expectativas o necesidades del colaborador. En otras palabras, es el grado de conformidad de la persona respecto a la cultura organizacional, lo cual está estrechamente asociado a los beneficios que percibe en términos económicos, psicológicos, sociales e intelectuales.
Es un hecho que el bienestar laboral incide en la actitud del colaborador frente a sus obligaciones y responsabilidades, de ahí que un individuo insatisfecho tiende a una autoestima baja, falta con frecuencia al trabajo y no encuentra por ningún lado el motivador para su autorrealización.
Algunos factores negativos que impactan en el desempeño diario de los colaboradores están la falta de movilidad, la mala relación con sus compañeros o sus superiores, hacer actividades monótonas y sentir que no tienen oportunidad de desarrollo.
De hecho, las organizaciones que incluye un eficaz proceso de atracción, selección y retención del mejor talento son las más exitosas. Además, las inversiones en el rubro de wellness tienen un retorno de inversión muy alto, pues mejoran la salud y reducen el ausentismo laboral.
La parte más valiosa es que las empresas no tienen que engrosar el desembolso en salarios. Muchos de los aspectos que el empleado hoy busca están más relacionados con los horarios flexibles, el plan de carrera, el estilo de liderazgo, el paquete de beneficios (salarios, bonos, compensaciones), estabilidad laboral, convivencia multidisciplinaria e intergeneracional (baby boomers, millennials, zetas) y, sobre todo, el saber que está en una compañía con buena reputación y gran impacto social más allá de su éxito financiero.
Entonces, ¿cuáles son los factores que hacen felices a la personas en el trabajo? Si bien “cada cabeza es un mundo”, es muy importante que exista una relación ganar-ganar entre la organización y el colaborador. Por eso, aquí doy tres puntos a considerar para alcanzar la satisfacción laboral:
1. Compartir los mismos valores. Los empleados se sienten muy bien cuando sus valores empatan con los de la compañía, dándoles un significado, sentido y propósito a sus tareas y responsabilidades diarias. Potenciar valores como pasión, respeto, confianza y empatía permiten alcanzar los objetivos y metas.
2. Oportunidad para crecer y progresar. Las mejores empresas son aquellas que, además de captar al mejor talento, lo preparan para ser los líderes del futuro. Se ha demostrado de que los entornos estáticos hacen que los empleados busquen relevancia en otros lugares donde se sientan mejor valorados.
3. Tener y saberse reconocido en sus logros personales. La autorrealización, a través de un proyecto retador, puede dar al colaborador la confianza para aprender nuevas habilidades, tener más responsabilidades y medir su potencial. La autodeterminación mejora sustancialmente la productividad y el reconocimiento a su esfuerzo es fundamental.
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