Por Alba Patricia Rodríguez Chamorro
Graduate researcher en el LegalTec Lab y estudiante del Doctorado en Política Pública de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública en el Tecnológico de Monterrey
Mucho se ha escrito respecto a los impactos que la denominada Ley Fintech ha tenido en el sistema financiero mexicano. La Ley se publicó en marzo de 2018, por lo que a cuatro años de su expedición realizaremos algunas reflexiones sobre su objeto, características, retos en su aplicación, entre otros aspectos.
¿Qué instituciones están reguladas por la Ley Fintech?
Es importante señalar que la Ley Fintech no regula todo lo relacionado con la aplicación de la tecnología en el sistema financiero. Por ejemplo, las normas que regulan la Banca móvil –conforme a las cuales podemos realizar operaciones bancarias a través de nuestros dispositivos móviles– se encuentran dentro del marco jurídico que rige a las Instituciones de Crédito.
La Ley Fintech, en realidad, se llama Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera. De su nombre se desprende que esta Ley regula a las Instituciones de Tecnología Financiera: por un lado, a las Instituciones de Financiamiento Colectivo (Crowdfunding) y, por el otro, a las Instituciones de Fondos de Pago Electrónico (E-wallets). Además, regula a los Modelos novedosos (Sandbox), las Interfaces de Programación de Aplicaciones Informáticas Estandarizadas (APIs) y a los Activos virtuales (criptoactivos).
Esto no quiere decir que la expedición de la Ley Fintech no haya tenido efectos en el resto de los intermediarios financieros. El hecho de que la legislación contemplara la existencia de nuevas entidades financieras sin sucursales, cuyo modelo de negocio implica la celebración de actividades financieras de forma no presencial, ha llevado a la revisión de diversos ordenamientos que regulaban procesos que se realizaban de forma presencial. Por ejemplo, las reglas que regulan la prevención de operaciones con recursos de procedencia ilícita y financiamiento al terrorismo (PLD) contenían una serie de obligaciones a cargo de las entidades financieras en la identificación de sus clientes de forma presencial al abrir sus cuentas.
Una vez que se publicó la Ley Fintech, se emitieron en septiembre de 2018 las reglas de PLD que les permitían a las Instituciones de Tecnología Financiera recién creadas la identificación no presencial de sus clientes. Esto provocó que, durante 2019, dichos cambios se replicaran en el resto de las reglas que regulan las obligaciones de PLD en las distintas entidades financieras. Actualmente, todas las entidades financieras cuentan con la posibilidad de cumplir con la obligación de identificación de sus clientes de forma no presencial.
Como, en este caso, diversos ordenamientos jurídicos se han tenido que modificar para permitir nuevas formas en la prestación de servicios financieros con fuerte contenido tecnológico. Por supuesto, estas modificaciones no son tan rápidas o tan flexibles como los participantes del mercado quisieran, pero el fenómeno Fintech está revolucionando el marco jurídico que rige al sistema financiero. ¡Queda un largo camino por recorrer!
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