Ciudad de México.- Durante la pandemia de COVID-19 hubo muchos críticos del aprendizaje en línea. Uno de los principales argumentos fue la disminución en las competencias de lectura y matemáticas de los estudiantes y los resultados académicos en declive fueron la gasolina para dicho argumento. Los críticos tenían cierta razón. Un poco de investigación por adelantado revelaría que el uso de tecnología para simular un aula virtual no era la respuesta para el aprendizaje remoto, ya que la tasa de finalización de cursos en línea es tan sólo entre el 5 y 15%.
Antes de la pandemia los estudiantes ya estaban acostumbrados con mundos virtuales. Entonces, ¿por qué las escuelas no fueron capaces de hacer que el aprendizaje remoto estuviera cercano a la realidad que ya conocían?
Hubo equivocaciones, pero los maestros no tenían otra opción. Ellos desconocían conceptos como el metaverso o los NFT (tokens no fungibles) y, por ello, seleccionaron tecnologías más cercanas a la familiaridad del aula tradicional.
“Los recientes estudios muestran resultados desastrosos en lectura y matemáticas, prueba de que más de lo mismo no funcionará en el siglo XXI. La historia prueba que las escuelas no han evolucionado mucho desde el formato del siglo XVIII, así que definitivamente es hora de mejorar el sistema educativo”, afirma Érika Twani, board member de E-Tech Evolving Education, evento dedicado a la tecnología educativa que se dirige hacia su tercera edición este mes de septiembre.
El formato de las escuelas sigue intacto desde la primera hasta la cuarta revolución industrial
La primera revolución industrial ocurrió en los siglos XVIII y XIX cuando las comunidades agrarias rurales se convirtieron en industriales y urbanas. Las escuelas como las conocemos se crearon durante este período y ayudaron a preparar a los estudiantes para trabajos industriales.
Entre 1870 y 1914, el mundo experimentó un crecimiento industrial con la energía eléctrica y la producción en masa: la segunda revolución industrial. Aquí, las escuelas no tuvieron cambios en su formato. En la década de 1980 surge la revolución digital, con ella la tecnología pasó de los dispositivos analógicos y mecánicos a lo digital tal como lo conocemos hoy. Una vez más, el formato de las escuelas siguió siendo el mismo.
Ahora enfrentamos la cuarta revolución industrial, en la que la tecnología se ha integrado en las sociedades y el cuerpo humano: robótica, inteligencia artificial, metaverso, NFT, biotecnología, nanotecnología, vehículos autónomos, computación cuántica, interfaces de cerebro a computadora, wearables, entre otros. Sin embargo, el formato de las escuelas sigue siendo el mismo, ignorando las habilidades necesarias que los estudiantes necesitan para tener éxito.
Puntos importantes que se deben tomar en cuenta para implementar la transformación educativa
Ante esto, es necesario comprender que las escuelas deben evolucionar para ponerse al día con la era de los sistemas ciberfísicos de la misma manera que experimentamos la transición de una revolución industrial a la siguiente. Pero, ¿cómo podemos realizar esta transición y aprovechar las tecnologías existentes? Twani comparte cinco puntos a considerar para implementar la transformación educativa:
1. El Foro Económico Mundial predice que muchos puestos de trabajo dejarán de existir a medida que la Inteligencia Artificial se haga cargo, mientras que se crearán muchos otros que hoy son inexistentes. Cambiar varios trabajos en la vida es la nueva normalidad. Debemos permitir que el aprendizaje avance a la velocidad de la cuarta revolución industrial o impulsar la Inteligencia Biológica de los estudiantes.
2. En el metaverso, la identidad digital de los estudiantes les permite expresarse, tener la forma corporal que deseen y usar la moda que elijan sin estar bien o mal, mientras que el formato de fábrica-escuela los hace iguales. La cuarta revolución industrial comienza respetando al individuo y personalizando la experiencia en sus propios términos. Aquí los estudiantes diseñan su aprendizaje, no los profesores.
3. Los estudiantes prefieren aprender unos de otros en lugar de un maestro. Las nuevas tecnologías no desplazarán a los docentes, pero transferirán la responsabilidad exclusiva del maestro de enseñar a la responsabilidad del estudiante de aprender. Debemos preparar a los alumnos para ello desarrollando su autonomía de aprendizaje.
4. Gracias a los ambientes virtuales, las escuelas no deberían agrupar a los estudiantes por el lugar donde viven, sino por lo que les apasiona. TikTok tiene más de 100 millones de usuarios activos sólo en Estados Unidos, con un promedio de aproximadamente una hora de uso diario, y cerca del 30% son niños en edad escolar. Si los estudiantes se agrupan según su “tribu” cuando usan tecnologías como TikTok, ¿por qué no aprovecharlas cuando se trata de aprender?
5. Los juegos más populares permiten a los niños construir mundos virtuales a través de sus propios ojos. Hay más motivación para vivir en un mundo donde pueden ser quienes quieran ser, hacer lo que aman y aun así ganar dinero. Roblox, por ejemplo, permite a los jugadores construir sus propias “experiencias” en un entorno de metaverso y comercializar sus creaciones. Sus creadores ganaron 500 millones de dólares en 2021, un aumento del 54% con respecto al año anterior, lo que contrasta enormemente con la idea preconcebida de que debemos elegir una carrera con un empleo estable. Si las carreras del mundo real pueden no existir mañana, los niños deben aprender habilidades para transformarse rápidamente, incluso en el mundo virtual.
Si seguimos en este modelo de escuela-fábrica, formaremos consumidores. Si decidimos transformar la educación para adoptar nuevas tecnologías, ahora seremos creadores y moldeadores de nuestro futuro. ¿Cuál es tu opinión?
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